¿Usaban cannabis como medicina las mujeres en el Antiguo Egipto?
Traducido de Leafly por CGDE, enlace original:
El Antiguo Egipto, un imperio que se expandió hace 3000 años, entre el 3100 y 332 a.C, alcanzó una inmensa riqueza gracias a sus fértiles tierras agrónomas y la abundancia de minerales como: oro, granito y turquesa. Protegidos de invasiones por la particular geografía del desierto, la costa y las inundaciones del Nilo, la región también se benefició de una relativa estabilidad política – especialmente si se le compara con regiones vecinas, donde la guerra era feroz y continua.
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Los remedios egipcios ancestrales incluyen elementos como la miel, insectos triturados, opio, y también cannabis, según algunos estudiosos (pero no todos). Los arqueólogos piensan que el rol de una mujer en medicina era relegado a ginecología y obstetricia, con tratamientos médicos enumerados en pergaminos antiguos que incluyen cannabis. ¿Podría estar la cannabis entre las hierbas comúnmente usadas en sus rituales?
Mujeres, medicina y magia
Las mujeres en el Antiguo Egipto tenían más derechos legales y disfrutaban de mayores libertades que sus contemporáneas en tierras vecinas. Podían tener propiedades, riqueza personal y manejaban sus propios negocios. Mientras que las chicas campesinas (y chicos) no eran educados típicamente, las hijas de terratenientes más ricos eran educadas de forma privada junto a sus hermanos.
En el campo de la medicina, la partería era el mayor dominio de las mujeres, mientras que la mayoría de médicos serían hombres. En Women of Ancient Egypt (2013), la egiptóloga Barbara Watterson escribe sobre una obstetra en el Templo de Neith (diosa de la creación) en la ciudad de Sais.
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Sheshat: Diosa de la medicina, el aprendizaje, y la cannabis
No podemos hablar del Antiguo Egipto, medicina, magia y cannabis sin mencionar a las diosa Seshat o Seshet: patrona de escribas, señora de los constructores, diosa de la Casa de la Vida – un término incluido en todas las escuelas médicas.
El tocado de Seshat, una estrella de siete puntas, tiene un asombroso parecido con una hoja de cannabis. Se cree que cuando los escribas mortales ponían palabras en papel, Seshat recibía una copia y lo catalogaba entre los dioses. Cuando se alzaron los templos, los rituales en honor a Seshat incluían “estirar la cuerda”, la cual, según algunos estudiosos, era una cuerda hecha de cáñamo.
Era inusual que una deidad femenina presida sobre los hombres, haciendo de Seshat una opción curiosa para oficiar escuelas médicas. Ya que sabemos que escribir sucesos en tiempos remotos era caro, demandaba tiempo, y mayormente reflejaba los intereses de aquellos que podían pagar a los escribas (ej. Hombres de influencia), es posible que más mujeres hayan estado activas en la medicina, magia y las artes de sanación que lo que fue registrado hace algunos miles de años.
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