Microdosificación de cannabis: sus beneficios sin la zumbada

En medio de un mercado en la potencia del producto, donde el nivel de THC significa todo, hay una creciente comunidad de defensores cannábicos que impulsan el menor consumo en lugar del mayor consumo. Esta táctica se llama microdosificación, una creciente tendencia a la par del consumo de cannabis como cosa común.

¿Qué son las microdosis?

Quienes se tratan mediante microdosis están tomando pequeñas cantidades de cannabis para recoger todos los beneficios médicos del THC mientras evitan sus efectos psicoactivos, que pueden interferir con las demandas del día a día.

“La mayoría de la gente no sabe sobre la microdosificación,” dice Michelle Ross, fundador de IMPACT network, una organización sin fines de lucro que hace investigación médica empírica para hallar nuevos tratamientos con cannabis. “Ellos solo disparan a su sistema altas cantidades de cannabis o THC, y esa no es siempre la mejor aproximación hacia cualquiera sea su condición.

Mientras que la microdosificación ha sido típicamente asociado con alucinógenos como el LSD, muchos expertos ahora creen que el umbral para los beneficios médicos del THC es bastante más bajo de lo que mucha gente piensa.

Y a veces, demasiado de algo bueno puede tornarse desastroso.

 

“Cuando aumentas una dosis a veces recibes menores beneficios, y a veces recibes exactamente lo opuesto de lo que esperabas,” dice Dustin  Sulak, un médico osteopático radicado en Maine quien trata a muchos de sus pacientes con pequeñas dosis de cannabis. Por ejemplo, mientras un poco de cannabis puede ayudar a reducir la ansiedad, demasiado puede, de hecho, ocasionarla.

 

¿Qué condiciones médicas se prestan para la microdosificación con cannabis?

 

 

Según Sulak, los pacientes ahora están optando por la microdosificación para tratar condiciones tales como depresión, estrés, ansiedad, dolor, y para mejorar la concentración y conciliar el sueño.

Mientras una cantidad enorme de evidencia empírica aún falta, hay investigación clínica que sugiere que menos es más cuando se trata de cannabis medicinal.

En un estudio del 2012, por ejemplo, a pacientes con cáncer avanzado que no respondían al tratamiento tradicional de opiáceos para el dolor se les dio nabiximols, un compuesto de THC/CBD en pequeñas, medianas y grandes dosis. Los pacientes que recibieron la menor dosis de cannabinoides mostraron las mayores reducciones del dolor, mientras que aquellos que recibieron dosis más altas, de hecho, experimentaron más dolor.

En otro studio, a un grupo de individuos con cáncer se les dio bajas dosis (cuatro miligramos) de Nabilone, un cannabinoide sintético, para tratar sus trastornos de estrés post-traumático (TEPT) y sus síntomas asociados. Los resultados, publicados en el 2014, mostraron mejoras significativas en insomnio, pesadillas, síntomas generales e incluso dolor crónico relacionados con el TEPT.

Sulak también señala que la cannabis puede ser más efectiva para ayudar a controlar otras condiciones crónicas. “Si veo a alguien con esclerosis múltiple que está en el medio de una crisis pasando un muy mal rato, ella podría necesitar una dosis más alta para mantener los síntomas bajo control”, dice. “Pero si ella se pone sana y se cura, bajaría su dosis diaria más y más, hasta el punto donde la microdosis se convierta en un plan de mantenimiento.”

De hecho, Ross tomas varias veces al día pequeñas dosis de cannabis para ayudar a mantener sus propios problemas de salud persistentes.

“Tengo muchos problemas de salud crónicos que incluyen la neuropatía y fibromyalgia, y la cannabis ha sido la única cosa que me ha permitido superarlos,” dice ella.

Sulak también descubrió que la microdosificación es benéfico en el día a día, añadiendo: “Encuentro que una dosis sub-psicoactiva de cannabis me ayuda a mantenerme sano, reducir estrés y mantenerme agudo y concentrado en el trabajo.”

¿Cuál es la dosis óptima para la microdosificación con cannabis?

 

La respuesta corta: depende. Hay variaciones tremendas en la cantidad de THC que te hará sentir elevado. Esto puede ser afectado por diferencias entre metalobismos, genéticas de receptores cannábicos y previo uso la cannabis en los individuos, para nombrar unas cuantas variables.

“Microdosear es algo muy personal,” dice Ross. “No hay un remedio mágico para todos los pacientes; es distinto para cada uno. Así que sigue experimentando hasta que encuentres la dosis que funciona para ti.”

Ross generalmente recomienda para alguien que recién prueba la microdosificación empiece en 2.5 miligramos, manteniendo ese nivel por aproximadamente tres días, e incrementarlo de ser necesario. Pero algunas veces eso puede ser dicicil.

“En Colorado tenemos un dicho: empieza con poco y ve lento. Pero la dosis  más baja con la que empiezan los consumidores es de 10 miligramos y yo creo que eso es ya demasiado alto.”

Por su parte, Sulak defiende el empezar con dosis incluso más pequeñas, y ha creado una guía paso a paso para la microdosificación para consumidores ya sean experimentados o novatos.

Para aquellos que usan cannabis regularmente, Sulak recomienda un period inicial de 48 horas de abstinencia, lo cual él cree que bastará para reiniciar el sistema endocannabinoide. Mientras que esto podría parecer relativamente poco luego de años de uso, un estudio del cerebro publicado el año pasado rastreó el número de receptores cannábicos durante un periodo de abstinencia de cannabis. Los resultados indicaron que incluso en consumidores pesados, los receptores volvían a sus niveles base después de tan solo dos días.

Después de esta limpieza neuronal, los aspirantes a la microdosis deben reintroducir gradualmente la cannabis en su sistema, empezando con tan sólo un miligramo.

“El objetivo es utilizar la dosis que da el efecto más sutil,” dice Sulak. “No estás tratando de estonearte, no estás tratando de conseguir alivio absoluto de tus síntomas- sólo estás tratando de obtener un pequeño algo. Y luego una vez que hallas esa dosis en la que sientes un pequeño algo, quédate ahí por unos días. Luego puedes subirla gradualmente de ser necesario. Esa dosis usualmente cae en algún punto entre uno y tres miligramos por dosis.

Sulak también observó que el uso de menores dosis puede llevar a una mayor sensibilidad hacia el cannabis con el tiempo, subrayando la importancia de mantenerse en dosis bajas durante los primeros días de microdosificación. Mientras que esto es mera observación, Sulak nota que las pruebas en animales sugieren que dosis bajas en THC pueden resultar en una regulación positiva del sistema endocannabinoide (para la producción endocannábica,  así como para la expresión de sus receptores).

“Si estás creando tolerancia al THC, estás creando tolerancia a los cannabinoides de tu propio cuerpo, que están ahí con el propósito de promover el balance y la salud,” dice Sulak. “Así que tener una alta sensibilidad al sistema endocannabinoide es extremadamente valioso para responder a la enfermedad, lesiones y estrés, y algunas personas pueden alcanzar eso con dosis bajas de cannabis.”

Para aquellos que usan cannabis irregularmente o por la primera vez, Sulak sugiere un miligramo de THC combinado con un miligramo de CBD e incrementar gradualmente la dosis (manteniendo el ratio 1:1) hasta que sientan algo para luego mantenerse en ese nivel por cuatro días.

“Todos van a alcanzar el punto donde incrementan su dosis y la medicina no funcionará tan bien como antes,” él dice. “Y eso significa que han pasado su dosis óptima. La dosis óptima es diferente para todos. Encontrarla significa haberla pasado.”

¿Cuál es la mejor forma de microdosificación con cannabis?

Hay numerosos métodos disponibles para la microdosificación de cannabis, pero algunos pueden resultar más efectivos que otros. Fumar o vaporizar es una opción. Usando esta forma, Sulak recomienda que los minimalistas de la cannabis tomen solo una calada, esperen cinco minutos para ver si sienten algún efecto, y luego tomar otra de ser necesaria. Aun así, el control preciso de la cantidad de THC que entra en tu sistema puede ser difícil.

En vez de esto, muchos expertos recomiendan productos como extractos, aceites o comestibles que permitan a los usuarios mayor control sobre la dosis. Cuando se trata de comestibles, de todos modos, los usuarios deben tener cuidado. Los comestibles no probados son especialmente poco confiables en su habilidad de proporcionar una dosis baja de THC.

“Imaginen que estoy cortando un brownie que tiene 100 miligramos de THC en porciones y que tengan al ojo 2.5mg c/u- eso no va a funcionar,” dice Ross. “Y la mayoría de los comestibles no son consistentes en su dosis en ese rango.”

De cualquier modo, hay ahora una pequeña cantidad de productos en el mercado que se prestan para la microdosificación. Por ejemplo, KIVA confections, una empresa californiana, ofrece una variedad de mentas y chocolates con concentraciones de THC que empiezan en 2.5 miligramos y que encajan con la microdosificación. Aun así, puede tomar alrededor de una hora sentir los efectos de algunos comestibles. Para aquellos buscando alivio inmediato, una alternativa es un té infusionado de THC, así como productos tipo Stillwater, que pueden ayudar a calmar los nervios en tan solo 10 minutos.

Ross también da cuenta de que productos como estos pueden ser una buena opción para consumidores nuevos. “Si te dan un producto que tiene 2.5 miligramos, eres mucho menos propenso a tener una mala experiencia. Así que yo creo que la microdosificación es realmente la mejor manera para introducir al cannabis a gente nueva.”

¿Debería ser el CBD usado también para la microdosificación?

Mientras que la microdosificación generalmente refiere al THC, el cannabinoide psicoactivo de la cannabis, puede ser beneficioso añadir un ratio de CBD de igual modo.

“Cuando añadimos CBD al THC tendemos a obtener una ventana terapéutica más grande, que significa que estamos menos propensos a ver efectos colaterales de THC y, en su lugar, mayores beneficios,” dice Sulak.

Sin embargo, cabe resaltar que doblar la cantidad de cannabinoides por cada dosis puede ser económicamente imposible, pues el CBD es bastanta costoso. Sulak también menciona que para algunas personas, el CBD actúa como estimulante mental y debe ser evitado previo a la hora de dormir.

“No hay aún suficientes productos de bajas dosis en el mercado. Definitivamente me encantaría ver un rango más ampli,” dice Ross. “Siento que cada dispensario debería ofrecer estos productos.”

Mientras tanto, Sulak cree que el mayor obstáculo para la microdosificación es social. “Necesitamos cambiar nuestra relación con la cannabis de algo que usamos recreacionalmente o para tratar síntomas severos hacia algo que usamos para mantenernos saludables, como con un multivitamina,” dice.

Mientras que muchos ya empezaron a beneficiarse de las maravillas de la frugalidad del THC, muchos retos permanecen.

Para muchos puede ser difícil reducir consumo dado que la cannabis se ha vuelto tan disponible. Pero para aquellos que busquen mantenerse agudos, calmados y dentro de sí, querrán pensar dos veces antes de fumar esa calada extra porque la nueva zumbada es, de hecho, ninguna zumbada.

 

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