Hablemos de Cannabis: hipocresía mediática e ignorancia ciudadana

Una planta noble demonizada injustamente
La forma en la que los medios masivos se expresan sobre la cannabis, en general, alimenta la demonización de la planta. Hoy, en muchos lugares del mundo, tenemos una ley cannábica para uso medicinal. Por otro lado, recordemos que el cáñamo – un subtipo de la especie cannabis sativa – tiene óptimos usos alimenticios, textiles y biocombustible nunca antes vistos en una sola planta. Necesitamos que se divulgue información real y diversa sobre la cannabis y sus usos, exigimos a la prensa hablar con conocimiento y ayudarnos a seguir derribando los mitos que rodean esta planta, tanto en su uso terapéutico, adulto (lúdico) e industrial. Reflexionemos al respecto con esta entrevista a activistas argentinas.
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Cuando en los medios de comunicación se habla de cannabis la asociación más frecuente –por cultura popular quizás sea la primera que se viene a la cabeza de muchxs-  es hablar de marihuana. Y aquí no son pocos los y las comunicadorxs vetustos que eligen reproducir un casette rancio de prejuicios y estereotipos sin instruirse un poquito en la política de drogas Latinoamericana, o en los múltiples usos y beneficios que puede otorgar el cannabis.

“En 1977, el último año en el que se cultivó cáñamo en la Argentina, aparece la Ley 21.671 impuesta por la dictadura cívico militar. Tiene solo tres artículos, es netamente prohibicionista pero no tiene consecuencia penal para ninguna de las conductas. Prohíbe el cultivo de cannabis, marihuana y cáñamo. Esta ley sigue vigente”, explica la abogada ambientalista  y Presidenta de la Asociación Civil Proyecto Cáñamo, Diana Barreneche, para contextualizar un poco de la historia reciente del prohibicionismo de la planta de cannabis en Argentina. El Destape dialogó con lxs activistas Flexa Correa López, fundador de Acción Cannábica; Ana Florencia Sclani Horrac, Licenciada en geografía, becaria doctoral de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires, investigadora y parte de la Red Latinoamericana de Mujeres Cannábicas Antiprohibicionistas; Valery Martinez Navarro, emprendedor, diseñador de calzado y artesano cubano radicado en Argentina hace ya más de 20 años y la ya citada Diana Barreneche, sobre verdades y prejuicios en torno a la planta que despierta amores y odios por igual.

– A raíz del relato de Julia Mengolini –quien vaporizó cannabis durante su embarazo para mitigar el dolor- varios canales de televisión, diarios y portales desinformaron a su público con títulos tendenciosos. ¿Qué lectura hacen de la hipocresía mediática en medio de la lucha por la regulación del cannabis?

Ana: Interpela y da bronca. Por otro lado, es una actitud provocadora sacar a luz estos temas porque nos permiten ver la magnitud del desconocimiento: hay mucha gente que no sabe que los vaporizadores son muy importantes para personas de determinada edad y su uso es recomendable. Lo que pasa es que hay una desinformación intencional que alimenta al sistema de prohibición. El debate nos invita a pensar en nuevas maneras de comunicar y educar a la gente, en política de drogas y reducción de daños.

Diana: No hay que obviar que, además, la mayoría de los medios de comunicación desconocen los usos industriales y de alimentación a base de cáñamo, variedad de la planta de cannabis que cuenta con muchísimas propiedades nutricionales como Omega 3, Omega 6, Omega 9, proteínas. La misma especie, pero un subtipo que no tiene contenido psicoactivo.  Eso también puede consumirse durante el embarazo y es importante remarcarlo para no dejarse sesgar por los «mal informadores» que solamente relacionan al cannabis con “fumar marihuana” o con “hippies rastafari drogones”.

– Puntualmente en este caso, fue esa la interpretación mediática de algunos magazines y portales de farándula.

D: Es un tema que da en la llaga. Lo bueno es que el cannabis ya está instalado como un tema vinculado a la recreación y a la medicina; nos falta discutir los usos industriales de la planta de cannabis: como alimentos, material textil, reemplazo de combustibles, papel. De eso no se habla y es lo que podría hacer que el paradigma cambie.

A: Si bien la discusión desde lo medicinal sí está en la mesa, cuando una mujer afirma que usó cannabis durante el embarazo se la tilda de drogona, y ni siquiera se contempla si la planta favoreció su bienestar. Me acuerdo de un viejo amigo de la militancia cannábica, quien hizo un pedido al Estado para cultivar por su propia salud, ya que es portador de HIV, y según el juez del caso, no existe en la legislación de Argentina ningún lugar que impida cultivar en pos del bienestar de salud. No existe. Lo que él consiguió en su caso fue que le explicitaran que, como no había ninguna norma que le impidiese cultivar con ese fin, estaba en su derecho. Derecho a decidir lo que nos metemos en el cuerpo.  Y para el dolor es muy útil el THC.

D: Más de 100 años se cultivó cáñamo en Argentina. En el primer censo ya aparecen cultivos de cáñamo en Mendoza, debido a su cercanía con Chile, que en ese momento era potencia cañamera. Hasta 1977 se cultivó con éxito en diferentes provincias, hay un manual de cultivo del Ministerio de Agricultura de la Nación sobre el cáñamo en la Argentina. El cannabis es una planta que tiene un montón de usos –textiles, alimenticios, medicinales- y no es casual que la planta se denomine ‘sativa’. ¿Por qué? Pues porque significa domesticada por el hombre.

– Sin ir más lejos desde Acción Cannábica lanzaron las zapatillas hechas con cáñamo textil, creadas por artista cubano Valery Martínez Navarro. ¿El cáñamo es el nuevo algodón?

Valery: Me gusta el lema. Es un nuevo paradigma, sin dudas, y lo que probablemente sustituya todo lo que hoy en el planeta nos vuelve más tóxico. Las lonas de estas zapatillas están hechas de cáñamo que nos provee Proyecto Cáñamo, con la expectativa de que se pueda expandir la industria. Es increíble el desconocimiento de la gente en torno a las propiedades textiles de la planta: el otro día, mientras estaba en la fábrica donde se hacen las hormas de las zapatillas, le contaba al dueño sobre el cáñamo y deberías haber visto la mirada de sorpresa que puso mientras hablaba. Boquiabierto. Le comenté que sería interesante empezar a realizar hormas con bioplásticos para lograr calzados ecológicos, sustentables y con menor impacto ambiental.

Actualmente, tenemos la muestra pero nos falta resolver la demanda. Necesitamos que las zapatillas entren en producción, fomentando una industria cooperativa en la que el Estado pueda, si desea, funcionar como ente regulador. No nos olvidemos que aunque el calzado es algo necesario, la industria es muy tóxica. Si logramos que todas las agrupaciones cannábicas unan sus fuerzas para el desarrollo, la investigación y la exportación de conocimiento, considero que los cambios que podríamos llegar a lograr en el medioambiente serían increíbles.

A: Realmente el cáñamo es una de las fibras vegetales más resistentes y duraderas de todas las que existen.

– Lo que se están perdiendo los fabricantes de calzado

D: De calzado, de automotores, gráficos. Es un material súper resistente y versátil. No es casual que esté presente en todo el mundo.

Flexa: No quiero omitir que si bien políticamente está regulado el cannabis para ciertos fines, sigue habiendo muchxs compañerxs presos por tenencia simple para uso personal. La realidad es esa y es grave. Los diarios confunden, por lo que desde Acción Cannábica tenemos la misión de evitar que las personas caigan en esa trampa.

– Me llamaron mucho la atención algunas publicaciones de Acción Cannábica, que impulsan una militancia de género, en torno a la lucha por la no demonización de la planta, ¿Cómo es pensar al cannabis desde una perspectiva más inclusiva?

F: En Acción Cannábica estamos en constante deconstrucción y en ese proceso hay que destacar que son muchas las mujeres referentas en la materia. En los espacios de charla aprovechamos para capacitarnos y pensar a nuestro movimiento desde una perspectiva más inclusiva.

D: Hace falta una perspectiva feminista en la política de drogas. La guerra contra ellas es completamente clasista y racista.

A: Son increíbles los tratos que reciben las mujeres que terminan en la cárcel por la Ley 23.737, que establece la pena de prisión por tenencia de estupefacientes. Son usadas por el sistema como envases humanos. La guerra contra las drogas en América Latina tiene cara de mujer.

 

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