• Aunque muchos se empeñan en crear medicamentos cannábicos basados en un solo compuesto de la marihuana, numerosas investigaciones han demostrado que no serán efectivos.
  • Lo realmente potente es la combinación entre varios elementos que tendrán diferentes resultados sobre distintas personas.
  • Esta sinergia interactiva entre los compuestos de la marihuana, un término que se conoce como “efecto séquito”, es la base de la medicina cannábica del futuro, con cepas que no sólo muestran los perfiles de THC y CBD, sino que hacen hincapié en otros cannabinoides y terpenos igualmente importantes.

Algunos países han iniciado procesos para legalizar extractos de cannabis. Quienes lo hacen aceptan o aceptarán todo tipo de aceites con alto contenido en cannabidiol (CBD) y escaso en THC, el componente psicoactivo de la planta. Precisamente por esa reducción del elemento que causa euforia en quien consume, muchos gobiernos se han mostrado permisivos a apoyar a la como tratamiento. Sin embargo, los investigadores advierten de que utilizar solo CBD hará que los pacientes no obtengan todos los beneficios que se desearían.

El verdadero potencial de la marihuana está en el conocido como efecto séquito o “entourage effect”, un término que fue acuñado en 1999 por el investigador israelí Raphael Mechoulam y que sugería que los compuestos secundarios en el cannabis, como por ejemplo los terpenos, pueden aumentar los efectos beneficiosos del THC y reducir la ansiedad inducida por su psicoactividad.

También, de acuerdo al investigador estadounidense Ethan B. Russo, un neurólogo que ha estudiado durante mucho tiempo compuestos de cannabis y su función en el cuerpo, ese efecto séquito puede ser aprovechado para tratar el dolor, la inflamación, la depresión, la ansiedad, la adicción, la epilepsia, el cáncer, los hongos y diversas infecciones. En su estudio de 2010 detalla cómo los distintos compuestos del cannabis influyen en los mecanismos de cada uno. Varios años más tarde, otros estudios han demostrado que los efectos de los cannabinoides se ven aumentados o mitigados por estos compuestos secundarios. Incluso pequeñas cantidades de terpenos (aceites fragantes que dan al cannabis su olor) pueden lograr una gran diferencia.

Según este término, todas las moléculas que componen la planta actúan en combinación para funcionar mucho mejor desde el punto de vista medicinal. Se ha demostrado que decenas de cannabinoides, cetonas, ésteres, lactonas, alcoholes, ácidos grasos, esteroides y terpenos (estos últimos los “ingredientes” que aportan olor y sabor a los vegetales) proporcionan gran potencial terapéutico solo cuando trabajan juntos y no cuando lo hacen de manera individual. Sin embargo, no siempre actúan todos al mismo tiempo, sino que cambian según diferentes combinaciones.