USANDO LA CANNABIS PARA TRATAR EL CÁNCER

El pionero de la ciencia médica Manuel Guzmán sobre lo que se espera de un fármaco anticanceroso aprobado a base de cannabis

DE MARY BILES EL 16 DE OCTUBRE DE 2019

 

El cáncer no tiene preferencias. No le interesa el color de tu piel, si eres joven o mayor, ni si es que vives en un apartamento penthouse o en una barriada. Cuando llega el diagnóstico, como ocurrirá con la mitad de nosotros a lo largo de nuestra vida, ponemos todas nuestras esperanzas en acceder al mejor tratamiento para maximizar nuestra posibilidad de sobrevivir.

Hace casi exactamente un año, George Gannon, de 30 años, tuvo que hacerle frente a un futuro sombrío. Los médicos descubrieron más de 12 tumores en su cerebro. El melanoma que le habían extirpado tres años atrás se había metastatizado. La naturaleza agresiva del melanoma BRAF positivo implicó que incluso con tratamientos estándar de radioterapia, inmunoterapia y quimioterapia, sus tumores aumentaron su tamaño.  Con una prognosis de seis meses y sin más opciones a su disposición, la cannabis parecía ser la única esperanza.

 

George Gannon

 

George estaba decidido a obtener un aceite con contenido de THC, el cannabinoide que hasta ahora cuenta con la más contundente evidencia de efectos antitumorales. Sin embargo, vivir en el Reino Unido significaba que cualquier otra cosa que no fueran aceites a base de CBD de cáñamo era ilegal. Así que optó por el mercado negro. ¿Cuán lejos estamos de obtener esa sólida evidencia clínica necesaria para convencer a la profesión médica de que el cannabis es un verdadero tratamiento anticanceroso?

George comenzó a tomar su aceite de cannabis justo antes de navidad el año pasado. Para su siguiente examen de resonancia magnética en marzo, sus tumores dejaron de crecer. Durante los próximos cuantos meses volvió a recibir dosis bajas de quimioterapia, pero sin nunca haber puesto un alto a su terapia cannabinoide. El siguiente examen de resonancia magnética, en agosto, fue una sorpresa tanto para George como para su especialista en oncología: la masa principal en su ventrículo izquierdo había desaparecido y las otras lesiones remanentes se habían reducido en tamaño.

Su oncólogo, que le había dicho en repetidas oportunidades a George que nunca deje de tomar el aceite de cannabis, le comentó que aquel fue el mejor día de su carrera profesional. No obstante,  él no reconocería que el cannabis podría haber tenido un rol en la remisión del cáncer.

La reacción del oncólogo tipificó el escepticismo de los profesionales de la salud con respecto al cannabis y el cáncer. Sin evidencia sólida basada en ensayos clínicos, la mayoría de doctores rechazaban la idea de que el cannabis podría haber tenido efectos antitumorales en pacientes. Eso conduce a preguntarnos cuán lejos estamos de obtener esa sólida evidencia clínica necesaria para convencer a la profesión médica de que el cannabis representa un verdadero tratamiento anticanceroso.

 

¿POR QUÉ TAN POCOS ENSAYOS CLÍNICOS?

 

La única manera a través de la cual un fármaco puede ingresar al arsenal anticanceroso es pasando de manera satisfactoria a través de tres fases de ensayos clínicos placebo aleatorios a doble ciego destinados a pruebas de seguridad, dosificación y eficacia.

Trece años han pasado desde aquel primer estudio piloto conducido por el profesor Manuel Guzmán y su grupo en la Universidad Complutense de Madrid. Ellos pusieron a prueba la seguridad y la acción antitumoral del THC en un grupo pequeño de pacientes con glioblastoma recurrente y una forma agresiva de cáncer cerebral, y los resultados fueron alentadores. Project CBD habló con Guzmán para descubrir, una década después, el porqué de la lentitud de los avances. Una de las respuestas está en la misma naturaleza del cáncer.

«El cáncer es una enfermedad muy compleja», dice Guzmán. «Hay al menos 150 tipos diferentes de cáncer desde una perspectiva histológica y hay cientos si es que no miles desde un punto de vista molecular o genético. Así que cuando hablamos de cannabis o de cualquier tratamiento contra el cáncer, primero deberíamos definir a qué tipo de cáncer nos estamos enfrentando, porque es poco probable que una única sustancia o mezcla de sustancias relacionadas, como ocurre en el caso del cannabis, será efectiva en todos los tipos de cáncer».

A la fecha, todos los ensayos clínicos basados en cannabis se han enfocado en pacientes con glioblastoma. GW Pharmaceuticals continuó con el estudio piloto de Guzmán con un aún no publicado ensayo de fase I/II que utiliza tintura sublingual Sativex a una proporción de 1:1 THC:CBD, junto con temozolomida, el tratamiento estándar de quimioterapia para el glioblastoma.

De acuerdo a un comunicado de prensa del 2017 de GW Pharma, administrar una combinación de Sativex y temozolomida solo incrementó en un 30 % la tasa de supervivencia de un año, así como aumentó la supervivencia media de 369 días (solo con temozolomida) a 550 días.

«[El estudio de GW] es el primero y, hasta ahora, el único ensayo clínico que se ha conducido sobre cannabinoides y cáncer, que es más sólido, y que está controlado por placebo y que es aleatorio», afirma Guzmán. «También es un ensayo a doble ciego en el que ni el paciente ni el doctor saben si es que el paciente está tomando Sativex o el placebo».

«El ensayo también fue prometedor. Nuestro optimismo ha crecido al ver que tal vez los fármacos cannabinoides pueden tener un efecto antitumoral, al menos en el caso del glioblastoma, y al menos en la fase de relapso. Sin embargo, tenemos muy poca información clínica solo para un tipo específico de cáncer. Espero que otros tipos de cáncer puedan ser tratados con cannabinoides en el marco de un ensayo clínico controlado. Pero a la fecha no tenemos nada».

Otros dos estudios clínicos de glioblastoma de fase II están por comenzar. Esta vez, el grupo de Guzmán evaluará si es que una proporción de 1:1 THC:CBD combinada con tratamiento convencional contra el cáncer es efectiva como un tratamiento de primera línea en lugar de un estado de relapso.

Y un estudio australiano (5) que investiga la tolerancia de diferentes combinaciones de cannabinoides junto con quimioterapia, radioterapia o inmunoterapia se encuentra reclutando actualmente.

 

PROGRESO LENTO – EL ROL DE LA FARMACÉUTICA

 

Pese a que estos hallazgos clínicos iniciales pueden ser vistos como algo emocionante, el progreso es todavía lento si se toma en consideración la cantidad de tiempo que científicos como Guzmán han estado investigando el potencial antitumoral que posee la planta de cannabis. Al parecer, las probabilidades juegan en contra de que un fármaco anticanceroso a base de cannabis entre al mercado.

El Dr. Manuel Guzmán en su laboratorio.

 

Según Guzmán: «Hacer investigación clínica con cannabinoides es muy complicado debido a que el THC, que para mí es el principal principio activo del cannabis, está controlado por la Organización de las Naciones Unidas y es una droga de la lista 1. Así que está sometido a restricciones muy fuertes en la producción, manufactura y exportación, entre otros.

Eso significa que muchos médicos e inversionistas se intimidan. No quieren meterse en tanta burocracia y prefieren ir por sustancias que no están clasificadas en la lista 1. En general, de acuerdo a mi experiencia, los límites para los ensayos clínicos con cannabinoides son mucho más restrictivos que con respecto a otras sustancias».

El Dr. Guzmán sugiere que la visible ausencia de compañías farmacéuticas en el desarrollo de fármacos a base de cannabis también podría estar limitando el progreso.

«Los ensayos clínicos están bastante controlados por la gran industria farmacéutica, que tiene los medios financieros y los recursos. Hablando filosóficamente, estoy en contra de la protección de los fármacos, pero por otro lado, las compañías farmacéuticas no van a hacer ningún movimiento en campo alguno, a menos que tengan la posibilidad de proteger y de patentar sus productos o las indicaciones de sus productos. Entonces, eso hace que la investigación de cannabis sea más complicada porque los cannabinoides son productos naturales y pueden ser extraídos de la planta por cualquiera.

Una manera de navegar en el pantanoso campo de la propiedad intelectual se halla en concentrarse en enfermedades raras, con un estatus de «huérfanas». Desarrollar un fármaco para enfermedades huérfanas puede ser una ruta más fácil para obtener la aprobación para comercialización de la FDA y posee diversos incentivos, tales como beneficios tributarios. El estatus de orfandad también permite que a las sustancias que frecuentemente no son patentables se les otorgue un estatus de exclusividad, la cual es probablemente la razón por la que compañías como GW Pharmaceuticals se concentran en cánceres raros como el glioblastoma.

Otro camino está en patentar combinaciones y proporciones específicas de cannabinoides. Esa es otra especialidad de GW Pharma.

Según Guzmán: «Básicamente, todo el campo de la cannabis está minado con patentes de GW. Así, cada vez que una nueva compañía comienza a interesarse en el campo y observa de manera general cómo está la situación en cuanto a patentes, muchas veces se alejan debido a que se percatan de que en realidad casi todo está controlado por GW Pharma.  Han sido muy inteligentes en ese sentido y en la práctica son los dueños de todos los derechos de propiedad intelectual, todos los derechos activos y los derechos futuros en este campo. Eso asusta a las compañías».

 

UN ENFOQUE DE «SENTIDO COMÚN» PARA PACIENTES DE CÁNCER QUE SE TRATAN CON CANNABIS

 

El que decisiones estratégicas tomadas en salas de juntas de compañías farmacéuticas estanquen el desarrollo de fármacos anticancerosos a base de cannabis significa que a George Gannon no le queda sino buscar la forma de conseguir su propio aceite de cannabis, con todas las dificultades que ello representa.  Dado que las cuestiones en juego son de vida o muerte, Guzmán no mira mal la decisión de alguien respecto a usar aceite de cannabis contra el cáncer. Pero siente que la decisión de un paciente debe ser guiada por el sentido común.

«Primero hay que tratar de conseguir una preparación estandarizada», dice Guzmán. «Uno tiene que saber al menos cuánto THC y CBD están presentes en la preparación, no basta con “estoy tratándome con cannabis”. Existen un millón de tipos de cannabis. Por ello, hay que tratar de saber cuánto THC, CBD y otros conocidos principios activos están presentes».

«Y si están usando el aceite de cannabis como tratamiento, hay que saber cuando menos si el aceite ha sido producido bajo buenas prácticas de agricultura y no está contaminado con diferentes tipos de sustancias tóxicas, como residuos de solventes orgánicos, pesticidas, metales pesados, moho, etc.».

«Yo incluiría un régimen de administración comenzando con muy poco, incrementando en 3 o 4 semanas, hasta que se obtenga una dosis estándar que sea bien tolerada y al menos sea claramente eficiente. En segundo lugar, combinaría THC y CBD, comenzando con más CBD y luego incluyendo THC para llegar a una preparación final balanceada. No

Puedo decir exactamente qué es balanceado. Con frecuencia, puedes buscar una proporción de, digamos, 1:5 de THC:CBD».

«En tercer lugar, dado que los cannabinoides se acumulan en el cuerpo debido a que son muy lipofílicos, en teoría, los receptores pueden perder sensibilidad y dejar de responder. Por ello, estoy a favor de incluir algunos periodos de “limpieza” cada cierto tiempo, al menos cuando se retira el THC. Diría, por ejemplo, 3 semanas de cannabis más 4 o 5 días de limpieza, de tal forma que hay tiempo para que los receptores [cannabinoides] CB1 recuperen su sensibilidad».

 

LOS PACIENTES DEBEN COMPARTIR LA RESPONSABILIDAD DE NORMALIZAR LA CANNABIS

 

Muchos pacientes se sienten incómodos cuando están ante la cuestión de si deben o no hablarle a su especialista en oncología respecto a tomar cannabis durante el tratamiento contra el cáncer. Para Guzmán, informar al equipo médico a cargo no solo es un asunto de seguridad, sino también una manera importante de incrementar la conciencia sobre el cannabis al interior de la profesión médica en sí misma.

«Creo que los pacientes son muy importantes», dice él. «Son los actores principales en esta iniciativa, y tienen que presionar para que la cannabis ingrese en la medicina mainstream. Y una de las formas está en simplemente normalizar su uso por parte de los pacientes. Y, sí. Es probable que en algunos casos el médico reaccione de manera negativa. Pero hay que hacer el intento».

«Antes de que me retire», Guzmán continua, «me gustaría saber que el uso del cannabis como un tratamiento contra el cáncer ha sido satisfactorio. Pero por el momento, no lo sabemos. Hay algunas señales preclínicas y también algunas señales clínicas muy pequeñas que apoyan la posibilidad de que los cannabinoides tengan un efecto anticanceroso».

«Hay que mejorar eso. Y la evidencia debe venir de diferentes lugares. No solo de estudios clínicos controlados, sino también de estudios de observación, estudios de caso que son reportados por médicos sobre pacientes individuales, y también del rol activo que creo que los pacientes deben tener. Tienen que presionar. Tienen que hablar sobre ello. Somos muchos actores diferentes, y debemos trabajar juntos y mano a mano, o caso contrario, va a ser casi imposible».

 

NOTAS AL PIE

 

  1. Paweł Śledziński, Joanna Zeyland, Ryszard Słomski, and Agnieszka Nowak. The current state and future perspectives of cannabinoids in cancer biology. Cancer Med. 2018 Mar; 7(3): 765–775.
  2. Guzmán M, Duarte MJ, Blázquez C, Ravina J, Rosa MC, Galve-Roperh, Sánchez C, Velasco

G, González-Feria L. A pilot clinical study of Delta9-tetrahydrocannabinol in patients with recurrent glioblastoma multiforme. Br J Cancer. 2006 Jul 17;95(2):197-203. Epub 2006 Jun 27.

  1. Globe Newswire. GW Pharmaceuticals Achieves Positive Results in Phase 2 Proof of Concept Study in Glioma.
  1. gov. TN-TC11G (THC+CBD) Combination With Temozolomide and Radiotherapy in Patients With Newly-diagnosed Glioblastoma (GEINOCANN).
  2. Australian New Zealand Clinical Trials Registry. A Phase 2 Randomised, Double Blind Clinical Trial assessing the Tolerability of Two different Ratios of Medicinal Cannabis in patients with Glioblastoma multiforme (GBM).

Mary Biles es una periodista, bloguera y educadora con experiencia en salud holística. Viviendo entre el Reino Unido y España, está comprometida con reportar de manera precisa los avances en la investigación de la cannabis medicinal.

 Copyright, Project CBD. No puede reimprimirse sin autorización.

 

Fecha de revisión:

16 Oct, 2019

 

Texto original: 

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